Cobertura de la educación superior
01 / Nov / 2019
De acuerdo con datos de la UNESCO, la tasa de cobertura en materia de educación superior en nuestro país es de 39.7 por ciento de la población, por debajo de la de países como Costa Rica, que tienen una tasa de 55 por ciento, claro es un país con menos población. Australia cubre al 100 por ciento, Estados Unidos y España 88 por ciento, Rusia 81, Argentina 90 por ciento, Corea 94.3, por supuesto estas diferencias tienen que ver con los niveles de desarrollo, así como la eficiencia, transparencia y rendición de cuentas en cada país y los antecedentes de cada Universidad. La UNAM está clasificada entre las mejores del mundo.
En México, en cuadro presentado por la ANUIES, el promedio nacional, el mencionado 39.7 por ciento, incluye grandes desigualdades, por ejemplo en Oaxaca es 21 por ciento, Guerrero y Chiapas 23 por ciento, la CDMX llega al 96 por ciento, no lejos de Australia como país, Nuevo León 48, Sinaloa 54 por ciento, Yucatán 38 y Tabasco 37 por ciento.
Jaime Valls, secretario ejecutivo de ANUIES, destacó que Oaxaca está 18 puntos por debajo de la media nacional, pero este no es el único caso de retroceso, por lo cual muchos estados se están rezagando y la desigualdad permea en la educación superior.
Es un gran desafío mejorar sustantivamente la reducción de la brecha nacional en esta materia respecto al promedio mundial, importante es observar que no es solo un asunto presupuestal, influyen la marginalidad y la pobreza, la crisis acumulada de muchas universidades respecto a sus sistemas de pensiones, el descuido en muchas ellas de la investigación y la difusión cultural, etcétera.
En México, el financiamiento de la educación superior es tripartita, una aportación generalmente mayoría de recursos federales, un pari passu estatal que varía dependiendo de los niveles de desarrollo e ingreso en las entidades federativas, así como ingresos propios de las universidades. Claro, temas que han ocurrido es que no tener recursos suficientes, no debe ser pretexto para incurrir en actos fuera de la ley, como es el caso de la llamada ‘estafa maestra’, que fue el abuso del artículo primero de la Ley de Adquisiciones y prestarse a actos terribles de corrupción en algunas universidades, que no en todas por supuesto. Ya hemos comentado que es ridículo que una universidad no tenga áreas de investigación. Un ejemplo de buenas prácticas son los estudios que cada año concursa el SAT entre ellas sobre evasión fiscal.
Al respecto, un tema que han señalado la mayoría de los rectores, es el de irregularidades en el pago del subsidio que corresponde pagar a los gobiernos estatales, en muchos casos no se les ministra a tiempo, o no se les paga completo el subsidio, de ahí que la ASF realizará una revisión, antes de terminar el año, sobre los incumplimientos en el pago completo de estos subsidios, tanto en 2018 como en 2019. Es lo mismo que se presenta en el pago completo y oportuno, como señala la Ley de Coordinación Fiscal respecto de las participaciones a los municipios, éstos sufren de ‘jineteos’ cuando bien les va o de plano no se les pagan completas. Hay un caso exitoso de controversia hace algunos años.
Esto implica responsabilidades, y como se trata de recursos federales, son auditados los pagos por la ASF.
El Encuentro Nacional para el Fortalecimiento de la Educación Superior, realizado en espacios de la UNAM e inaugurado por el rector Enrique Graue, estuvo encabezado por los diputados Alfonso Ramírez Cuéllar y Adela Piña; el senador Rubén Rocha, así como el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro; el titular de la ANUIES, Jaime Valls Esponda, y la directora general del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla; asimismo fue invitada la Auditoría Superior de la Federación.
David Colmenares Páramo
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